No recuerdo tu nombre ni te dije te quiero
Buscaba tu calor y hallé solo tu inquina
En mi peor momento, en mi mayor espina
En qué se equivocó mi cuerpo lastimero
Todavía conservo en el labio ligero
Donde avanza la sed de madre submarina
La alusión a la fiebre con más fiebre termina
El orgasmo truncado, imposible aguacero
Tu deseo no sale del estado latente
El tarro nunca abierto de una letal esencia
Harina anochecida que ignora lo que siente
Orilla que sutura da pie a la disidencia
Del alma sepultada en olvido inclemente
Que arrastra por el suelo las migas de mi ausencia
Cien mil millones de poemas, Ed. Demipage