Tengo que probarlo


Corrían calle abajo juntos, entendiéndolo todo del modo en que lo hacían aquellos primeros días, y que más tarde sería más triste y perceptivo y tenue. Pero entonces bailaban por las calles como peonzas enloquecidas, y yo vacilaba tras ellos como he estado haciendo toda mi vida mientras sigo a la gente que me interesa, porque la única gente que me interesa es la que está loca, la gente que está loca por vivir, loca por hablar, loca por salvarse, con ganas de todo al mismo tiempo, la gente que nunca bosteza ni habla de lugares comunes, sino que arde, arde como fabulosos cohetes amarillos explotando igual que arañas entre las estrellas y entonces se ve estallar una luz azul y todo el mundo suelta un “¡ahhh!”.

JACK KEROUAC, “On the road”

La foto es del festival Burning Man

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«El viaje nunca es sencillo: siempre por asuntos externos, ajenos a nosotros, todo hay que decirlo. La vida tampoco lo es, ya lo sabemos. Pero es hermoso, muy hermoso, compartirla juntos. Dos en la carretera. A ratos, el viaje es melancólico como un domingo por la tarde (…) Casi siempre, divertido, lleno de momentos gloriosos por los que brindar, hay que tratar de ser positivos, que el ánimo y las ganas (por todo) no decaigan nunca. Nunca. Dos en la carretera. Contemplando la vida, dejándola pasar, riéndonos con ella, disfrutándola plenamente, resistiendo sus pulsos, sus extravagancias. El misterio del amor. No hay otro igual.»

Visto en este maravilloso blog

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